NICOLÁS RESPONDE
AL MENSAJERO DE DIOS, LAUREANO
MÁRQUEZ
Nicolás el hijo predilecto y querido
de Dios, elegido por Chávez en la Tierra y amado por el pueblo de Bolívar para
ser el Presidente de la república Bolivariana de Venezuela responde mediante a uno
de los mensajeros de Dios, el humorista, Laureano Márquez respecto a la Carta
de Dios dirigida a Nicolás maduro Moro.
Gracias
Padre por haber enviado a tu angelical mensajero, Laureano Márquez, estoy muy agradecido
por todo tu esfuerzo en haber respondido mi petición en mi Memoria y Cuenta
2015, cuando te imploré ante el pueblo en estos momentos difíciles, en esta
hora aciaga en que nos colocas a prueba y dije como hijo del pueblo: “Dios
proveerá”.
Padre mío,
se de tu poder omnisciente, además de tu poder omnisapiente, el que todo lo
sabe, por eso sabes por qué estoy aquí, tuya es la voluntad debajo de este
cielo y en esta Tierra, nada debajo de sol se mueve sin tu voluntad, por eso oh
Padre misericordioso soy tu hijo predilecto en la Tierra, en ser lo que soy
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
Padre te
doy las gracias por las bondades de tu creación, hiciste de éste país, una
“tierra de gracias” un paraíso en la tierra, sin embargo, no son pocos los
pecados de tus hijos pródigos, primeros los colonizadores monárquicos de España
que casi exterminan a los más bello de tus criaturas aborígenes, aquellos “moldeado del barro primigenio”, luego
los bastardos criollos españoles estremecieron sin pudor tus más preciados
mestizos, esclavizándolos arruinando la independencia, la más preciada herencia
de tu heroico e inspirado hijo Simón Bolívar.
Padre; no
te he dicho todo, sé que tu todo lo sabes, Padre omnisciente, permite
escucharme, tus ángeles caídos de la IV República casi que nos dejan sin tu
herencia, sin tu gracia divina, “recuerda
cómo dilapidaron la renta petrolera” desde 1914-1998, en más de medio siglo
y amenazaron insolentemente, con privatizar
toda tu obra, el fruto de tu creación que nos la diste con dulzura y
desprendimiento desinteresado, para disfrute de todos y todas, sin
discriminación alguna, casi que nos las
arrancan de las manos, padecimos mucho, sufrimos lo indecible, tú lo sabes, por
eso nos enviaste un ángel guerrero, un ángel de luz, Hugo Chávez Frías, fue tu
voluntad divina lo sé, para la redención de los pecadores.
Gracias Padre,
te envía todo el pueblo de la República Bolivariana de Venezuela, por estos “quince años de bonanzas petrolera” que nos has dado, para disfrute
de tus hijos e hijas, sé que fue tu voluntad divina premiando a uno de más
predilectos y queridos hijos, Hugo
Chávez Frías, pese a que muchos lo odian, maldicen y condenan, pero no
importa tu voluntad se ha cumplido así como en el cielo como en la Tierra, de
colocar las bases sociales fundamentales del socialismo.
Oh Padre;
Yo Nicolás Maduro Moro, el tesoro de tu
corazón, tu elegido para Presidente de la República Bolivariana de
Venezuela, 2012-2019 sabes de las adversidades que se le avecinan al país,
tu eres omnisciente, sabes también que tus hijos del Norte, de los EE.UU., por
allá destruyen la creación, rompen la
corteza terrestre, para hacernos daños con la caída de los precios del
petróleo, la crisis del petróleo,
sin embargo he declarado proteger a tus hijos e hijas, las Misiones y Grandes
Misiones Sociales, el trabajo y el salario que tus hijos e hijas ganan el Pan nuestro de cada día.
Bendito
Padre; sé que nos pones a prueba, también que nos has dado mucha inspiración
como nos los indicas en tu carta: “Bello, Bolívar, Vargas, Miranda, Gallegos,
Reverón, Picón Salas, el Maestro Abreu, Zapata, Andrés Eloy, Soublette, Convit,
Cabré, Davalillo, Lauro, Simón Díaz, Dudamel…” deberías recordar también a tu
hijo predilecto, Hugo Chávez Frías, ese ángel de luz que nos enviaste para
hacer cumplir tus palabras misericordiosa en el Sermón de la Montaña, cuando
dijiste “BIENAVENTURADO LOS POBRES PORQUE
DE ELLOS SERÁ EL REINO DE LOS CIELOS”. Eso es Padre, ¡bienaventurados los
pobres porque ellos heredarán el reino del socialismo en la Tierra!.
Por eso
Padre; sabes nuestras obras, hemos
hecho tu voluntad, hemos sembrado el
petróleo, la riqueza de la creación, aquella que nos proveíste para las
generaciones presentes y futuras, porque se es el destino ineludible de tu ser
divino, por eso me escuchaste, para continuar tu obra por lo siglos de los
siglos.
Padre mío
sabes que digo la verdad, mira a tu alrededor tus hijos e hijas, escucha las palabras de Elías, otro de los
discípulo de tu ángel de Luz, Hugo Chávez frías, cuando escribe en Aporrea, “¿Por qué
socialismo en Venezuela? Elementos para la batalla de ideas”, 20-01-2015, http://www.aporrea.org/imprime/a201362.html), allí descubres
el rostro humano de lo que hacemos por amor al prójimo, puedes responderte tu
ecuación matemática, aquella donde me mandas a saber Multiplicar, “(…) dos millones y
medio de barriles diarios X 100 X 30 X 12 X 15. El resultado es el dinero que
les envié, para que convirtieran a Venezuela en un Paraíso Terrenal de
abundancia y progreso”. También descubres cómo cumplo, tu segundo
mandamiento más importante, en bendición de tu obra divina, el socialismo
bolivariano.
Si
ya sé que la lista es larga de lo que tenemos que hacer, pero mucho nos falta
por hacer, danos paciencia para tolerar a los pecadores de la IV República, danos
coraje para enfrentar las dificultades, sobre todo líbranos de las tentaciones del mal de los ángeles caídos, de esos
luciferes perdidos en la Tierra,
líbranos del mal del capitalismo y sobre todo del imperialismo.
Padre querido;
gracias por haber dado todo, pero como vez también lo doy todo por tus hijos e
hijas, aunque muchos estén envidiosos, muchos sean mezquinos, muchos no quieran
compartir tu obra divina, así como nos enseñaste a compartir El Pan Nuestro de
Cada Día, a vivir en comunión, a vivir entre hermanos y hermanas, a convivir en
socialismo, ilumínalo oh Padre de que deberán amar a al prójimo como a sí mismo. Por eso divino Señor, gracias
por haberme dado todo, te lo dice tu
Nicolás Maduro del alma, tu hijito de tierno de mi corazón obrero.
Ya sabes Padre
para que imploro tu misericordia, no para dilapidar tu obra, para administrar las finanzas divinas, para
redimir a tus hijos e hijas, vuelve la vista hacia las palabras de Elías y
reflexiona, donde están “los fariseos y los escribas”, incluso aquellos
expertos de la Ley Mosaica de la Conferencia Episcopal, quienes me cuestionan
junto a tu mensajero porque como dices, tu
hijo predilecto, tu hijo querido, el
tesoro de tu corazón, el hijito
tierno obrero de tu corazón se atreves a decirte “Dios proveerá” en mi
Memoria y Cuenta del 2015, sabes Dios que el pueblo así lo piensa y así lo dice
en estos momentos de dificultades.
Padre si
en algo he pecado, perdóname, tus hijos merecen el perdón si en algún proyecto
he fallado, si aún no he cumplido toda tu voluntad de que tus hijos e hijas
vivan en comunión, perdón quise decir en comunismo,
sé que nos va costar mucho, sobre todo de que algunos y algunas de tus hijos e
hijas se conviertan a tu credo, “amar los unos a los otros”, a salvar
tu creación de las guerras (hoy del petróleo), mañana de toda tu obra amenazada
por el apocalipsis, todo por la avaricia, el egoísmo del capitalismo y la
sociedad de consumo que retan con el
Armagedón del imperialismo de los EE.UU., tú lo sabes porque eres omnisciente.
Padre
mío; cuando dices que mi petición “a las
finanzas celestiales ha fracasado”. Te pido misericordia, no me abandones
soy tu hijo predilecto, tu tesoro, tu hijito tierno de corazón, te digo ablanda
tu corazón por esta tierra donde “el sol
brillara casi todo el año”, en la tierra fértil andina, tierra llanera de
ganadería, tierra costera del cacao, tierra cubierta con tu manto negro del
petróleo, tierra bañada de tus ríos con tus lágrimas, tierra de luz, tierra del
Catatumbo, tierra minera, tierra de Margarita, Los Roques, Morrocoy y la Gran
Sabana, Tierra de Tepuyes, del Salto Ángel donde contemplamos orgulloso tu
divinidad, el subsuelo, el oro, el aluminio, la bauxita, diamantes de luz, y
todas esas cosas bellas dignas de tu obra, dame
sabiduría para transformarlo todo, para hacerlo todo de nuevo, hacerme
digno de tus dones.
Padre mío
canto a Venezuela, la Patria del Libertador, dame permiso para cantarte con
Bocelli, ¡Tierra Santa de nuestros padres, Tierra mía de los ancianos, Tierra
mía de nuestros padres, padre mío sin ti no vivo, sin tu amor porque hoy quiero tu pasión, padre mío
contigo vivo en este mundo, hablando de ti, tengo emoción, padre o padre padre……!.
Gracias Padre
por tus “consejos de panita”, de invitar a la Mesa a tus hijos, perdona aquellos que no saben lo que hacen
ni lo que dicen, perdona esos hijos caídos, a esa oposición, a “Pedro
Palma, Asdrúbal Oliveros, José Guerra, Orlando Ochoa y a Luis Vicente León que
tu mensajero mienta, y todos aquellos que amenaza al país, por la debacle que nos
han enviado desde el Norte, y sobre todo del Israel de América, Colombia, a
Uribe, por lo las plagas (bachaquera) que nos ha enviado, sé que estás al tanto.
Oh Padre
me pides lo imposible, me pides que escuche sus consejos, la lista
de 10 fashion emergency y que para salvar al país: 1.-Independizar
el Banco Central del gobierno de la República Bolivariana de Venezuela,
(dependizarlo del FMI de los EE.UU.); 2.- Desmontar el Control cambiario; 3.-Reducir
el tamaño del Estado; 4.-Desprender a PDVSA de las Misiones y Grandes Misiones
(reducir el gasto social en amor a tus hijos e hijas); 4.-Aumentar el precio de
la gasolina; 5.-Liberar los precios
(inflacionar la economía); 6.-Crear un clima de confianza para los
capitalistas; 7.-Cambiar el modelo estatista por un modelo privado; 8.-estimular
altas tasas de interés por encima de la inflación; 9.-Redicir las importaciones
públicas; 10.-Facilitar medidas que den oxígeno al sector privado (No público).
(Joseph
Poliszuk, “10 salvavida de la economía” El Universal, 4 de
enero de 2015).
Padre
Omnisciente, estás al tanto, por eso “te paro bola”, que sabes mucho, que
vigilas todo y sabes lo que viene” según tu mensajero, que el gobierno escuche
tu consejo, siga tus pasos, que te lo digo Yo, “que sabes ya lo que viene y no por ser Dios, sino por puro sentido
común”.
Padre; Dios
de mi corazón, disculpa lo extenso, pero era importante dirigirme a ti, no sin
recordarte la letra de esa canción
hermosa de tu hijo Bocelli: “Te
parecerá imposible, cuanto más lo pienso más me doy cuenta, que realmente soy
como tú, y no sabes cuánto te deseo, que tu fuerza nunca te dejara, para
tenerte junto a mí, y nunca rendirme, nunca”. A pesar de todo, te todas tus
pruebas nunca me rendiré, te amo.