LOS OJOS DE
LOS SORDOS Y LOS OIDOS DE LOS CIEGOS DE LA CONFERENCIA EPISCOSPAL VENEZOLANA
Alexánder Kórdan Acosta R. kordankovki@gmail.com
La
Conferencia Episcopal Venezolana reciente 2015, evidentemente no es imparcial
en sus juicios respecto al diagnóstico relacionado con las causas que generan
los problemas del país, por un lado dice: “la angustia generalizada del pueblo
por la crisis económica que sufrimos, pues se ve sometido a dificultades nunca
vistas para tener acceso a artículos de primera necesidad. Una deuda externa
gigantesca, que hipoteca el futuro de los venezolanos, la inflación desbordada,
la devaluación de nuestra moneda, el contrabando de extracción y el
desabastecimiento de productos básicos han generado el empobrecimiento
creciente de amplio sectores de la población, particularmente los de menos
recursos económicos. Esta crisis se acrecienta por la corrupción
administrativa, el centralismo, el saqueo de las divisas del fisco, la reciente
baja de los precios del petróleo, y por la ineficacia de las medidas y planes
que está aplicando el Gobierno Nacional para enfrentarla”. Los prelados solo ven
las consecuencias en forma global, no las causas.
Pero por otro lado, la CEV debería completar su
cuadro de diagnosis empezando por la corrupción del sector privado, la fuga de
divisas, el mercado negro, la economía paralela, el bachaqueo, el narcotráfico,
la especulación de los precios, el acaparamiento, el paro productivo, la huelga
de los inversionistas, el cierre de empresas, el amor al dinero, la
inflación la deuda externa empresarial no
reconocida con el Estado y en general un conjunto de problemas que omite la CEV
pero que carga toda la responsabilidad a un solo sujeto de las consecuencias “a las decisiones del Gobierno” chavista de
Maduro y su visión del desarrollo de “imponer un sistema político-económico
socialista, marxista o comunista”. Desde el punto de vista, La Conferencia
Episcopal (CEV) prefiere omitir o pasar por alto que lejos de imponer una
decisión de gobierno, la Asamblea Nacional aprobó legalmente El Plan de la
Patria, 2013-2019 en continuación del Plan Simón Bolívar, 2007-2013 como
expresión del socialismo del siglo XXI. La CEV se hace oído sordo.
Asi que el programa de gobierno de transición al
socialismo del siglo XXI no es “una imposición”, es legal, democráticamente
aprobada y ratificada por el pueblo cuando eligió al presidente Chávez antes de
morir. De manera pues que los prelados
de la iglesia católica miente de que el programa del sistema político económico
sea una “imposición totalitaria y centralista” cuando fue el pueblo quien votó
por el Programa de Gobierno de Chávez en su último mandato truncado por la
enfermedad. La CEV está ciega y sorda.
¿En que atenta el programa político-económico contra
el derecho de las personas y asociaciones según la CEV? Los prelados señalan
“la violencia” creada en el país, “no solo la violencia de la represión
policial” y las violaciones a los derechos humanos, pero debe añadir la
violencia económica del capitalismo, d elos negocios privados omitida por los
jerarcas de la iglesia de Cristo, esta violencia es provocada en resultado de
la crisis general del capitalismo venezolano, la crisis económica a la que se
ve expuesto el pueblo venezolano tales como la negación a los bienes de consumo
por parte de empresas productoras y comerciantes, la especulación de los comerciantes, los
bachaqueros revendedores, los bachaqueros contrabandistas que someten a la
población hacer y ni que se diga de la ofensiva capitalista por bajar los
precios del petróleo que impactan a las importaciones, de allí “Las largas
colas de personas tratando de comprar alimentos y otros artículos de primera
necesidad” indica la CEV. Los ojos
ciegos no pueden ver lo que no quieren ver.
La CEV ve como causante de “las largas colas” “las
decisiones del gobierno”, “el camino fracasado del socialismo”, pero en su
documento de 103 exhortaciones pastoral omite la responsabilidad de los
comerciantes, productores, especuladores, contrabandistas, se apiada solo de
las víctimas de la violencia pública pero no del mismo modo de la violencia
privada y por el contrario los defiende, asumiendo un discurso contra el Estado
y sus instituciones públicas, señaladas de “totalitarias”. En cambio; frente al
sector privado de la economía, insta al gobierno a tomar “medidas que promuevan
la actividad privada en la economía, consagrada en la Constitución" y
dejando a un lado "concepciones ideológicas rígidas y fracasadas, (marxista,
comunista) así como el afán de controlarlo todo". Los ojos de la CEV
padece de estrabismo, ve lo que quiere ver y lo que no lo ve, esta
distorsionada.
La iglesia de Cristo no se declara abiertamente
neoliberal, pero su discurso es anti-Estado, proliberal, se aprovecha de la
Constitución de la República Bolivariana para recomendar flexibilización de las
decisiones económicas del gobierno, soslayan las empresas de producción social,
solo aspiran a que se promueva la actividad privada (capitalista) mediante la
renta petrolera, olvidan los prelados cuantos dólares han fugado estos sectores
de la economía al exterior, atentando contra la estabilidad cambiaria y el bienestar social del país, en particular
dado que ellos han desviados los dólares de las importaciones hacia la
especulación monetaria. Ciegos y sordos, los prelados perdieron el camino de
Cristo.
La CEV considera que el marxismo, el comunismo es
“una concepción rígida y fracasada” en el siglo XX, tomando como ejemplo el
derrumbe del campo socialista euroasiático, sin embargo nada dice de la China
comunista en el siglo XXI como una sociedad que construye un socialismo flexible y exitoso. Nada más y nada menos 1200
millones viven bajo el régimen del socialismo chino, ah pero como el ejemplo no
conviene prefieren estigmatizar el comunismo chino, antes como una sociedad
pobre, ahora como una sociedad capitalista y imperialista para descalificar sus
logros como primera potencia mundial que eclipsa a los EE.UU. Ven los ciegos de la CEV no ven, ¡están ciegos
de bolas!.
En verdad que desea la CEV en sus 103 exhortaciones
programáticas en relación con “la actividad privada” capitalista, primero que
“liberen las trabas en la producción”, ¿Será la tasa del 30% de la ganancia?), “promover la actividad privada en la
economía” (exclusivamente el capitalismo como sistema economico-politico?),
restringir al Estado en su “afán de controlarlo todo” (¿Será instaurar un
modelo de Estado liberal, laiser faire, un estado desmantelado? ¿Pretende los
prelados un gobierno sin intervención pública en la economía, un gobierno
desregulado?. No hay duda en su crítica del “Totalitarismo” esconden su lucha
contra el Estado y sus instituciones, inclinándose hacia el modelo privatizador
y desregulador. O sea que los ciegos de la justicia divina ahora quieren que reine
la impunidad en la tierra, con un solo ojo ven la economía, con el ojo
neoliberal.
Por su parte el reelecto Presidente de la CEV,
Monseñor Padrón remata su planteamiento, afirma que el país necesita "un nuevo espíritu emprendedor con audacia y
creatividad" y que se estimule "la laboriosidad y la producción dando
seguridad jurídica y fomentando empresas eficientes". Un discurso muy
general, su idea de “renovación ética y espiritual frente a la crisis”, se
inclina por la empresa privada, y no es que no sea constitucional, sino que
opta por un solo modelo de economía privada, un modelo fascista, la economía
neoliberal, totalitario, reconociendo que el actual empresariado perdió
vitalidad, innovación y laboriosidad, al decir que “el país necesita un nuevo
espíritu emprendedor” por qué el actual, asumimos tácitamente carece de
“audacia y creatividad” y esto porque el empresariado venezolano actual es
rentista y parasitario además rentista e importador, nada ofrece al país para
salir de la crisis.
Producto de la cultura capitalista, de acuerdo con
la CEV “es necesario observar una conducta ética, recta y
honesta. Recordemos que la corrupción, cobrar indebidamente por cualquier
trámite, la especulación en los precios, querer ganar dinero sin trabajar, el
fraude, son graves males y pecados que deben ser desterrados de la vida
nacional y de la conducta de todos los ciudadanos, en particular de
los funcionarios del Estado”. Asimismo; cabe subrayar que cada uno de nosotros, como ciudadanos,
tiene responsabilidades políticas que no
puede delegar. En el ejercicio de esa responsabilidad debemos ejercer y
defender activa y firmemente, siempre con medios pacíficos, nuestros derechos y
los derechos de los demás, y exigir el respeto a las condiciones necesarias
para una convivencia nacional justa, pacífica y provechosa para todos. Los ciegos
comienza a ver, la iglesia dice cada uno
de nosotros, como ciudadanos tiene responsabilidades política, mejor dicho los
ciudadanos y ciudadanas de la Iglesia de Cristo son políticos, a lo mejor
forman un partido político y por afinidad a la oposición neoliberal.
Pero para que los ciudadanos y ciudadanas observen
una “conducta ética, recta y honesta” es imprescindible como dice la CEV “superar actitudes
como el afán de riqueza fácil y la corrupción, la soberbia política, la
prepotencia y el ansia del poder, el egoísmo, la pereza, el odio y la
violencia. Y hemos de rescatar los principios de
legalidad, legitimidad y moralidad que sustentan el entramado de la
convivencia social. Estamos convencidos de que es posible una Patria en la que impere la democracia,
con instituciones eficaces y saludables, donde cada persona y la sociedad
entera puedan desarrollar sus iniciativas, superarse y comprometerse con
la promoción del bien común. Es necesaria la práctica de las virtudes
personales y cívicas, de lo cual fue preclaro ejemplo el Venerable Dr.
José Gregorio Hernández”. Los sordos de la CEV no quieren imparcialmente una
Patria Socialista, tampoco “se sujetan a la autoridad” como dice la Biblia, desean
una democracia, no dicen que tipo, representativa o partiocipativa, prefieren
ser ciegos y sordos.
¿Estará clara la Iglesia de Cristo de que la
actividad privada que llama a apoyar se sustenta en “el egoísmo y el afán de
riqueza fácil”?. El modelo económico de
riqueza fácil del capitalismo rentístico importador se los ha demostrado, no
asegura los bienes para el país, lo ha demostrado el modelo
rentístico-importador, el sistema economico-politico de la sociedad capitalista
no es laborioso, no es productivo. No creo que el capitalismo esté en “capacidad
de renovarse ética ni espiritualmente frente a la crisis”, cuando es él, quien
la promueve como parte de su mecanismo de acumulación de capital, es decir de
acumulación de riqueza fácil, la flojera del capital y del capitalismo venezolano.
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