Constituyente hace caer máscaras opositoras sobre “régimen y dictadura”
de Maduro.
El Presidente Constitucional de
Venezuela, Nicolás Maduro ha convocado dentro de sus facultades
constitucionales una Constituyente, un proceso de convocatoria popular, el ejercicio
de la soberanía del pueblo originario para decidir materia trascendental, el
problema de los poderes políticos de la nación, la decisión de elegir un nuevo
poder ejecutivo y legislativo y para ello es necesario someter, por el sufragio
universal, directo y secreto de los asambleístas populares materia tan
importante como lo son además “la Reforma del Estado y un Nuevo Ordenamiento Jurídico”
dentro del marco constitucional actual, vale decir, fortalecer la Constitución
actual, considerando las nuevas necesidades históricas que la Carta Magna
requiere para ajustarla a los nuevos tiempos en que se ve amenazada. ¿Qué
dictador lo haría, convocar una Constituyente?, se caen las máscaras de la
oposición, sobre el régimen de Maduro, sobre la dictadura de Maduro.
A despecho; la postura de la oposición
política es el hecho de que “los procedimientos de consulta, referéndum y
elección por sufragio universal, directo y secreto de los asambleístas, al
parecer, serán desechados”. Aquí, en la Nueva Convocatoria Constituyente de
2017, no se va a proceder de esta manera, menos a una “Referéndum Consultivo”
para saber si haremos una Constituyente o nó, vamos hacia la Constituyente, tampoco
decidir una “Nueva Constitución”, ni Nicolás Maduro ni la revolución
bolivariana y chavista necesitan una
Nueva Carta Magna para gobernar, pero ella requiere blindarse,
protegerse frente los planes desestabilizadores que la guarimba procura en el
país.
Asimismo; tampoco se requiere “desecharse
el voto universal, secreto y directo”, vamos hacia un nuevo proceso electoral
para dirimir la controversia pública de los poderes, puesto que ya tenemos una Constitución,
la de 1999, a diferencia de la Constituyente pasada de abril de 1999, --cuando
Chávez tuvo que recurrir a una Constituyente para crear una Nueva Constitución--,
en virtud de que la constitución de 1961, no permitía dirimir ni transformar los
poderes públicos del Estado, así como el marco del Estado de derecho y los
Poderes del establishment que la revolución bolivariana cambió, impulsó y
profundizó para transformar el escenario político conque la derecha en el país
y sus partidarios necesitaban para atornillarse en el poder.
Por otra parte, hay quienes
tratan espantar al pueblo con la Constituyente, así como antes se espantaba con
“la Bicha”, (La Constitución), asemejarla a la “Asamblea Nacional de Cuba”,
dónde rige un solo partido político, el partido del pueblo, nada de eso,
nuestra Constituyente nace de nuestra Carta Magna, es voluntad del pueblo
soberano, y sus representantes serán electos por la vía popular, 250
representantes del sujeto organizado en el país de ciudadanos y ciudadanas
organizados gremialmente, portavoces de la sociedad organizada, de los obreros,
de las universidades, de las fuerzas armadas, de las iglesias, etc. En tanto
que los otros 250 representes serán electos directamente por las
circunscripciones territoriales, desde la base, para ello el Consejo Nacional
nos explicará la forma.
Sencillamente, ahora la oposición procura “manipular la
Constitución”, después que la quemara, la pisotearan, la execraran ahora dicen
que “…aquella Constitución, la chavista, es democrática y garantiza el gobierno
representativo, la división de poderes y la competencia electoral,…”, en su
momento no la valoraron, suponen mal que Maduro desmantelará el ordenamiento constitucional vigente,
cuando por lo contrario, se mejorará su ordenamiento jurídico, se
constitucionalizará el poder popular, y con ello, saldrá fortalecida el régimen
político chavista, profundizando la democracia popular, resolviendo además el
problema de “los conflictos de los poderes” electos directamente por el pueblo,
y con ello se está resolviendo mediante elecciones directas y por la ley el
asunto del mandato desde el poder originario como también, subsanadas los
resquicios legales con las cuales la oposición se aprovecha para atacar la
Carta Magna, evitando con ello que la burlen y puedan continuar con “la
posibilidad de una guerra civil seguiría nublando el futuro inmediato del país
suramericano”.
Así pues; la guarimba III, desde abril del 2017, pretende tensar
la situación política del país, crear caos, la negación “palmaria” de la
Constitución en los hechos, quebrantándola, no por culpa de que el Tribunal
Supremo de Justicia asumiera potestades de la Asamblea en vista del desacato
continuado y contumaz, sino porque ellos, la oposición no requieren elecciones
ni nuevo ordenamiento jurídico, sino la posibilidad de una guerra civil para justificar
la intervención internacional de la OEA y de los Estados Unidos para nublar
“horizonte suramericano”.
Ahora se abre una nueva posibilidad para el país, una esperanza
de paz, lejos de “la guerra civil y conflicto de poderes públicos”, entre Asamblea
Nacional y Poder Ejecutivo para que el país reflexione y dialogue, a la luz de
la democracia popular, del proceso constitucional y no guarimbero, someter a
los violentos, a sus representantes políticos, a todos quienes se niegan a
dialogar y negociar en bien del país, no mediante un referéndum consultivo,
sino directo, ni reformas, ni nueva constitución alguna, sino mediante el
proceso constituyente, renovando los poderes públicos y someter el texto
constitucional a un nuevo reordenamiento jurídico, potenciarlo,
contextualizarlo a los nuevos tiempos, explorando los derechos conquistados,
consolidando los logros sociales, económicos y políticos de la revolución
bolivariana y chavista.
Fuente consultada:
Rojas, Rafael “El
poder constituyente y el origen de la dictadura”, Prodavinci, 5 de mayo, 2017
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