EL DISCOLO LOMBARDI Y LA IMPLOSION
DEL ESTADO BURGUES
Alexánder kórdan acosta R. Kordankovki@gmail.com
¿Porque el neoliberalismo implosionó
en América Latina a finales de los años 90 en América Latina? No hay dudas las contradicciones
económicas, políticas y sociales de su gestión pública hizo posible el fracaso de su modelo capitalista globalizado,
perdieron la confianza popular en Argentina, Uruguay, Bolivia, Brasil, Ecuador
y en especial en Venezuela, esto significa que los pueblos en su mayoría eligieron
otro camino para hacer de su esperanza una realidad, cambiar el Estado, el
modelo de gestión pública en función de sus intereses soberano.
Asi que ha sido el papel protagónico
del pueblo suramericano en particular quien impulsó a través del ejercicio del
voto, el cambio del Estado, y no simplemente, como dice el prof. Angel R. Lombardi
que se lo debemos al “chinito Fujimori, la implosión del Estado latinoamericano
desde las entrañas del mismo Estado utilizando la tradicional influencia del
Poder Ejecutivo para ir poniendo de rodillas al resto de los poderes, muy
especialmente al Legislativo y Judicial”, (http://angelrafaellombardiboscan.wordpress.com/2014/11/03/del-ogro-filantropico-al-estado-bandolero/).
Cuando dice Lombardi que la implosió
ocurre “desde el mismo Estado”, no hay duda, sus instituciones y en particular
el poder electoral fue testigo del cambio, de las aspiración popular por
cambiar el modelo neoliberal, pero no fue producto de alguien en particular, --el
“Chinito Fujimuri”-- fue producto de la decisión popular en las urnas, en todo
caso, en Venezuela esa implosión como tal emana de la misma Constitución de la
República Bolivariana, la Constitución de 1999, aquí se plasmó además de los
poderes tradicionales existente, el Poder Moral. el quinto poder
constitucional.
La estrategia de implosionar el Estado
(burgués) en América Latina hay que mirarla más como productos de las
contradicciones del modelo neoliberal, su fracaso de gestión pública de espalda
a los intereses populares, en tal consecuencia, las instituciones fueron
colocadas en crisis de legitimidad de parte de los poderes constituidos, por
eso la llegada de Evo Morales, Correa en Ecuador e inclusive Chávez en Venezuela
se puso en evidencia inclusive con los mecanismos electorales representativos
(elecciones burguesas) que los poderes tradicionales del Estado (Ejecutivo,
Judicial, Legislativo) estaban deslegitimados ante el pueblo en estos países
por eso, implosionaron las instituciones burguesas.
Ahora bien; con Chávez no es que haya
implosionado en si el Estado en su totalidad, aún perviven resto del Estado
burgués, convive con el cambio de enfoque de gestión del Estado por su forma participativa
y protagónica del pueblo. Las fuerzas armadas no están exenta de estos cambios,
al contrario, la alianza Ejercito-pueblo, indudablemente socava “la institucionalidad
preexistente”, es decir aquella separación de las fuerzas armadas del pueblo, hoy
esa unidad cívico-militar revive las mejores tradiciones populares desde la independencia
de Venezuela, resucita el espíritu bolivariano de la unidad nacional. En todo
caso, en democracia y de acuerdo al marco jurídico, es el poder legislativo
quien define el poder electoral, en tal sentido el Consejo Nacional Electoral, deriva
de otro poder, y “no hay sospecha alguna del procedimiento”, ni tampoco abuso
de poder, solo que la mayoría electoral han decidido por el tipo de democracia
participativa y protagónica en más de 19 procesos electorales por lo que la
oposición renuente acatar la democracia ha definido este proceso como “experimento
autoritario con libertades restringidas” antes las continuas derrotas
propinadas por el chavismo.
¿Porque la oposición en un entorno democrático,
de libertad de expresión, de organización y de información y como dice
Lombardi, --Teniendo a las “elecciones burguesas” como principal mecanismo
legitimador de un poder sostenido, es decir poniendo en duda el poder electoral
y sus mecanismos como “sospecho”—considera autoritario el régimen democrático? Sencillamente
porque está acostumbrada a una democracia alterna, es decir de “poses y
estratagemas” al peor estilo adeco copeyano, cuando se alternaban el poder para
no cambiar nada, seguir con la gestión del fracaso de la desigualdad social en la
democracia liberal.
Luego, Chávez se encargaría de
profundizar en esa estrategia alentando la alianza Ejército-Pueblo socavando
toda la institucionalidad preexistente. (No hay duda). Teniendo a las
“elecciones burguesas” como principal mecanismo legitimador de un poder
sostenido, cada vez más, sobre bases sospechosas, (poder electoral burgués) se
hizo necesario un control férreo sobre el CNE para que preservara la sensación
de Democracia, aunque sin alternabilidad. Algunos teóricos, siempre a la saga
de la realidad, empezaron a llamar éste experimento como: “regímenes
autoritarios con libertades restringidas”. Termina explicando el prof,
Lombardi.
¿Es legítima en la democracia participativa
y protagónica la no alternabilidad del poder? El pueblo decide sus gobernantes,
en la IV república se andaban con poses y estratagemas electorales,
financiamiento grosero de campañas electorales, usurpación de las funciones
públicas, violación de la soberanía y la
voluntad popular, traición al mandato del pueblo, inclusive dice el prof.
Lombardi, hablando del poder elector del CNE, “sostenido sobre base sospechosa”
así fue que implosionaron al Estado burgués la mismísima burguesía política y económica,
la oligarquía, de allí que pueblo no quiso más continuar el juego perverso y
engañoso de la alternabilidad del poder, prefirió un gobierno consecuente con
sus intereses, el pueblo decidió por un gobierno identificado con el pueblo, un
partido unido al pueblo, el pueblo gobernante, respetando lo que Bolívar decía,
un solo gobernante del estado, “eminentemente popular”, fundir en uno solo el
poder nacional, la unidad nacional.
En cambio el poder de la IV República
estaba fracturado, separado del pueblo del gobierno, del Estado e inclusive
terminó por separase del partido gobernante, desacreditados por corrupción pública
en alianza con los sectores privados, no podía por tanto el pueblo defender el desmoronamiento
políticos de los partidos políticos adecos y de los copeyanos, se pulverizaron
en el escenario político, se desacreditaron finalmente, nadie en su juicio hoy
optaría votar por un partido como Copey y Acción democrática tan deslegitimados
luego de gobernar de manera hegemónica por 40 años en el poder en Venezuela
desde 1958.
El prof. Lombardi piensa que es una “estratagema
fría y calculada” la continuidad del mandatario, que el gobernante no deba
someterse democráticamente al escrutinio lectoral del pueblo, si lo hizo bien o
mal, olvida que el pueblo es el juez, el arbitrio electoral, pone como ejemplo “El
Presidente Correa, en Ecuador, acaba de recibir la muy buena noticia de que su
Tribunal de Justicia, sin reparar en las acostumbradas autorizaciones de su
Congreso o de una incómoda consulta popular, libera la restricción
constitucional vigente que impedía la reelección indefinida”. ¿Pareciera que el
prof. Lombardi no cree en los poderes públicos, en este caso, el Judicial
(Tribunal de Justicia), entonces de que sirve apelar a los poderes sin creer en
ellos, sencillamente porque ya no funciona los mecanismos como antes, esto
significa exponerse al anacronismo histórico,
le quedó “la sensación de los patines cuando se quitan”, seguir patinando en la vieja democracia.
No olvidemos que las instituciones
sean burguesas o socialistas, ambas persiguen su hegemonía histórica, la lógica
hegemónica se conquista, la burguesía en Venezuela la perdió, pretende
rescatarla ahora con la complicidad del exterior, del poder de los EE. UU., ya
mediante sus ataques petroleros, el derrumbamiento de los precios del petróleo
tratan de crear “la tormenta perfecta” sin reparar en el daño que le puedan
ocasionar al país, visto así el asunto, entonces la oposición y sus guarimbas I
y II han tratado de socavar el estado de derecho, desacreditar todos los
poderes públicos, procuran vulnerar la constitución, desequilibrar no solo las
instituciones sino también desestabilizar el país.
Claro; sentencia el profesor como no
cree en el Estado de derecho, señala “el que hace la ley crea la trampa”, tal
vez reflexiona así por la experiencia del pasado, piensa que en Venezuela la
democracia participativa y protagónica es “una ficción”, además según él, “no
existe autonomía, ni división, ni equilibrio entre los distintos poderes”. En verdad,
el profesor Lombardi evalúa el estado actual, de la revolución bolivariana, por
el viejo estado burgués, como por ejemplo, cuando “las tribus” del poder judicial
(lideradas por Morales Bello) hundía el Estado burgués, producto de la
corrupción judicial, en verdad la justicia era una ficción y el estado era en
consiguiente, “el agresor de su propia sociedad y la colma de injusticias” como
dice, por ejemplo como estos, implosionó el poder judicial en Venezuela, el legislativo
ni que se diga, avaló leyes hipotecando la soberanía petrolera con la apertura,
y el ejecutivo de espalda al pueblo ejecutando políticas regresivas
neoliberales. No hay duda la sociedad civil sufrió “una impensable” regresión
social y para colmo le dieron un garrotazo en 1989 por desobedecer al gobierno.
Frente a este cuadro, de hegemonía
decadente burguesa neoliberal, la trampa estaba hecha, privatizar Pdvsa,
secuestrar los poderes públicos, enajenar la voluntad popular, y una sociedad
civil en decadencia, tratando de conformar a la población a los mandatos del
Fondo Monetario Internacional hegemonizado por los EE.UU, --utilizando las palabras
del prof Lombardi, domesticando “ciudadanos a troperos obedientes”--, “hay que
poner en cintura a la díscola muchedumbre en perenne estado infantil a través
de la dádiva y el garrote, así fue el estado democrático representativo, un
estado paternal subdesarrollado capitalista.
Hoy esa “díscola muchedumbre (…)
infantil dadivosa” como llama el prof. Lombardi al pueblo, visto con su retrovisor histórico, recordando
al viejo Estado comparándolo con el Estado participativo y protagónico, como símil,
olvida precisamente este último ingrediente,
no se trata de que las Misiones sean “dádivas”, es un derecho de inclusión
social, en todo caso, el pueblo no es ninguna “muchedumbre díscola infantil”,
es un pueblo rebelde sí, pero no infantil, en todo caso para madurarlo, es
necesaria la participación política en sociedad, es decir el protagonismo en
las funciones pública, democracia en la que no cree el prof. Lombardi, sigue
atado a los esquemas del pasado, los poderes representativos autónomos, a la vieja
visión europea, no veo entonces como madurar esa muchedumbre infantil según su
visión con la democracia representativa.
¿En qué diferencia hay entre un capitalismo
de Estado y el socialismo bolivariano del siglo XXI?, sencillamente el capitalismo
de Estado es paternalista, socialdemócrata, no cree en la madurez del pueblo,
sino en una “muchedumbre infantil”, obediente, a diferencia de la revolución
bolivariana que impulsa el protagonismo del pueblo, más no promociona como hace
la socialdemocracia, continuar con los poderes clásicos burgueses , apartado de
toda participación popular, tratando de poner en cintura al pueblo con sus políticas
públicas, en cambio la revolución bolivariana libera políticas para la
emancipación popular. Mientras que el Estado burgués y socialdemócrata son
represivos, el estado revolucionario es persuasivo, no aplica “el garrote
dictatorial” propio del Estado burgués.
Termina su artículo reconociendo el
profesor Lombardi su “confusión histórica” al evaluar los acontecimientos
recientes de la revolución bolivariana como “un fenómeno autoritario”, tratando
de hacer comparaciones de “realidades
yuxtapuestas y embrionarias, a medio camino de cada puerto, y que le hacen
confundir el tiempo histórico real con otro imaginario aunque más verdadero que
el existente, parecieran condenarnos a un inmovilismo cósmico que nuestros
principales literatos y artistas trágicamente denuncian: “Las sociedades
latinoamericanas son la imagen misma de la extrañeza: en ellas se yuxtaponen la
Contrarreforma y el liberalismo, la hacienda y la industria, el analfabeto y el
literato cosmopolita, el cacique y el banquero”. (Octavio Paz). Terminamos pensando
que el prof. Lombardi vive un extravío histórico, no trasciende “la contrarreforma,
el liberalismo y el cosmopolitismo burgués”, evadiendo su compromiso con la
democracia verdadera, participativa y protagónica.
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